“Me vi solo en el camarín y me puse a llorar... Nunca me había frustrado tanto por el deporte”
“En mi casa estaban mis papás, mis primos, mis sobrinos… Y yo estaba en la oscuridad de mi pieza", recuerda Claudio Romero.


A los 24 años, Claudio Romero vive un renacer. Pese a su corta edad, el lanzador de disco chileno ya suma un recorrido importante: ha estado presente, por ejemplo, en los Panamericanos de Lima 2019 y Santiago 2023, además de los Juegos Olímpicos de París 2024. Sin embargo, no obtuvo los resultados esperados, y él lo sabe.
Por lo mismo, el tercer lugar que festejó en Hallesche Werfertage, Alemania, hace algunas semanas, alegró a todo el deporte chileno. Romero siempre ha cargado con el peso de ser la gran promesa de la disciplina en nuestro país, una situación que, hasta acá, no había sobrellevado de la mejor forma.
De hecho, en diálogo con AS, asume que fue uno de los factores que lo llevó a no rendir en Santiago 2023, donde tuvo tres lanzamientos nulos. “Fue muy chocante, porque estaba calentando en el estadio Mario Recordón y me sentía muy bien, estaba lanzando bombas nucleares. Yo nunca había estado en un estadio donde hubiera tanto público alentándome, eso me descolocó un poco. Me jugó en contra”.
- ¿Cómo recuerda esa tarde?
- Después del tercer lanzamiento, no lo podía creer. En mi cabeza, mi sueño era estar alentando a la multitud, haciendo un show. En eso pensaba cuando entrenaba solo. Tenía esa película armada en la cabeza. Después, cuando nos sacaron al túnel para las entrevistas, a mí no me salía la voz. Luego paso por esa zona a camarines, veo que estoy solo, me hinco y me pongo a llorar. Nunca me había pasado que me frustrara tanto por el deporte. Tomé el metro a la casa, no le dije nada a nadie. Allá habían llegado mis papás, mis primos, mis sobrinos… Y yo estaba en la oscuridad de mi pieza. Y me quedé ahí como tres días, procesándolo.
- ¿Y a partir de ahí sacó alguna experiencia positiva?
- Sí, lo positivo fue que me di cuenta que no era mi momento de brillar, pero que no me iba a rendir, porque yo sé que puedo ser muy bueno, y una derrota no me iba a quitar la imagen que tengo de mí. Esa fue la conclusión.
- ¿En quién se apoyó durante esos días? ¿En su familia?
- Yo encuentro que parte del proceso de volverse un buen deportista es poder solucionar los problemas solo porque, al final, cuando estás ahí en el foso, y la gente está gritando, no hay nadie para calmarte, sólo eres tú contra el mundo. Y esas situaciones difíciles en lo cotidiano te preparan mentalmente para esas competencias más grandes.
- Claro...
- No quiero que se malentienda, mis papas son mis fans número uno, yo le dedico todos mis triunfos. Mi papá tiene 81 años y yo sé que si sacaba una medalla en los Panamericanos, él saltaba al foso e iba a celebrar conmigo. Pero es bueno escucharse a uno mismo, es bien terapéutico. Para este tipo de situaciones, lo que más me ayudó es estar bien solo y digerirlo.
- Éste año ha tenido muy buenos resultados: ganó el Sudamericano de Atletismo en Mar del Plata, salió tercero en Halle...
- Bueno, Halle era la primera competencia del circuito europeo, donde la temporada parte en serio, cien por ciento. El primer objetivo del año era ganar el Sudamericano, que se logró, y clasificar al Mundial. En Halle la lista de competidores estaba fuertísima. Estuve nervioso, porque tenía que probarme a mí mismo que podía lanzar lejos en cualquier parte. Después del primer lanzamiento, me di cuenta que podía ganar, de repente todo el mundo se vio muy mortal. Fue un boost enorme de confianza y es un resultado que me consolida en el circuito internacional y que demuestra que estoy dentro de los mejores del mundo éste año.
- ¿Por qué cree que ahora sí se le están dando los resultados?
- Después de tantos malos resultados, como en los Panamericanos, en los Olímpicos, sufrir lesiones… Tenía una dualidad de vida, de estudiante y deportista, y no estaba muy cómodo en ese lugar. Siento que haberme graduado de la universidad, operarme la espalda en octubre (lidiaba con una hernia lumbar desde los 16 años), y haber partido en 2025 con deporte al ciento por ciento, me retó a saber si efectivamente estaba hecho con madera de campeón. Dije “me la voy a jugar, voy a poner todos los huevos en esta canasta”, y he hecho los sacrificios correspondientes, desde la dieta, los tiempos. Mi principal objetivo este año es lanzar ese disco lo más lejos posible. Todo eso generó un cambio en mis resultados.
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